Monday, June 30, 2008

POETIKOS

I

El poeta nunca baja de su amor sublime.

El poeta no se alimenta con los frutos de la tierra.

El poeta no ríe con el corazón abierto.

El poeta vive dentro de una habitación hecha de espejos.

El poeta quiere perderse en el jardín maldecido de sus versos

y desde ahí mirar vivir, sin miedos, sin riesgos.

II

El ser poeta es un incansable ejercicio de autodestrucción,

consiente y placentero, hasta el extremo mismo del dolor.

Es comerse las entrañas cada día,

siempre en una mesa distinta, bajo un cielo estático.

No hay dolor que un poeta no conozca, aun cuando ésta sea de fantasía.

La vida pasa la cuenta por cada secreto que un poeta le roba,

la venganza no espera, cuando con palabras simples se le mira a la cara,

a sus ojos de espejo.

III

Hermosas maneras existen para llamar a los poemas,

mas para mi es el resultado del encuentro sexual orgiástico del amor con la verdad,

la autodestrucción y la libertad.

Eso es un poema para mi, una mezcla de todo eso con una pizca de realidad

que le da el toque preciso para poder digerirlo.

Un poema bien escrito es un olvido de un recuerdo, puesto sobre el papel.

Son letras, palabras, frases que van en contra de las leyes del movimiento,

porque ése no es su mundo.

En un poema hay dos sentidos del tiempo, en un mundo que sólo tiene uno.

IV

Maldigo a la poesía,

En lo largo y ancho de su cautivante Embrujo

La maldigo porque deja expuestas

Las entrañas moribundas

A los negros buitres ávidos de sangre

Fresca y palpitante. Oscuras alimañas,

Marionetas adictas al sufrimiento ajeno.

Monday, June 23, 2008

Anverso



El sabor amargo del cigarro añejo

despierta los sentidos ocupados en los recuerdos,

y es que no es la primera vez que ese sabor

a nicotina y alquitrán rancios hacen nido en la boca

del vagabundo de la calle sin nombre.

Con el andar de un paria de regreso, va caminando

sin prisas hacia cualquier parte,

dejando tras de si una sombra

que entristece los paisajes que abandona.

La ciudad lo expulsa,

arremete en contra de su alma peregrina

con toda la fuerza de su orgullo luminoso,

y él sonríe con la bondad de un padre

ante la travesura de su hija pequeña,

sabe que la cuidad le teme más que le odia,

él es un vencedor, un loco enfermo de libertad.

Un lucero en medio del caos.

Tuesday, June 10, 2008

A la espera del Mesías ( o la crónica de una nueva Palestina)

No sé si fueron las imágenes de una pequeña cantando una canción pop, , al más puro estilo de sepelio gringo, donde tildaban de héroe a un general que ni siquiera murió haciendo su trabajo, o las seis horas ininterrumpidas de transmisión televisiva, de un funeral sobredimensionado lo que me llevan a reflexionar sobre el decadente estado en que nos encontramos como sociedad, solos, desamparados, en busca de un guía de cualquier tipo, que nos dicte por donde va el camino, que nos oriente con respecto a nuestra existencia y el papel que jugamos en la vida.

“El general del Pueblo”, “el político que se preocupa por los problemas reales de la gente” “la señora teñida que nos encantaba con una sonrisa plástica y su palabra de mujer Falsos ídolos que emergen de vez en cuando, despertando los más exacerbados fanatismos, y las más extrañas expectativas. Fue acaso la anulación del ejercicio político en la población nacional durante la dictadura, o el desorden burocrático de los períodos de la concertación lo que nos a llevado a una especie de anhelo mesiánico, a la búsqueda de un salvador que nos libere del imperio de la soledad y del inmediatismo abúlico que ronda en cada una de las esferas del quehacer nacional . Lo cierto es que al igual que en la antigüedad, nos maravillamos ante cualquier personaje que demuestre una mediana competencia en su trabajo, como si realizar bien la labor para la cual se está designado ( con un sueldo varias veces superior a la media) fuese motivo de adoración, como si fuese una especie de poder sobrenatural venido desde las alturas en forma de unción suprema, y nosotros simples mortales pecadores no estuviésemos a la altura, no fuésemos dignos de amarrar los cordones de sus zapatos.

Es esta extraña sensación, que pulula en el aire esperando en los rincones para salir a escena y elevar a categorías insospechadas a políticos mediocres, futbolistas ignorantes, animadores snobistas y a cuanto personaje con ansias de figurar aparezca en el limitado medio nacional, la que se está transformando en un estado permanente dentro de la “gente”, aquella que vota, y que opina en la calle, la que elige sus gobernantes dependiendo de sus sensaciones y no de la trayectoria.

Pronto estaremos en período de elecciones, ¿Será que el advenimiento del mesías está cerca? ¿Bajará del cielo en un jet privado auspiciado por Lan Chile? ¿ o bajara con un martillo en la mano y un discurso renovado? Lo cierto es que se le espera con ansia, y ya hay una cruz esperando su dueño.