Hay personas que nacen para vivir
Y hay otras que nacen para preguntase
Por qué y para qué viven
De esta clase nosotros los derrotados.
Hay que pedirle peras al Olmo... hasta que las suelte
La inestable lucidez del mundo
provoca en mi alma arrebatos de odio.
A duras penas contengo al instinto vestido de venganza,
y es que me voy cansando con la vigilia continua que significa estar vivo,
los brillos y las luces esconden flechas cargadas de veneno,
disparadas por un mundo
que se defiende con todo, de las condiciones humanas,
siempre en pugna por la supremacía y el reconocimiento.