La inestable lucidez del mundo
provoca en mi alma arrebatos de odio.
A duras penas contengo al instinto vestido de venganza,
y es que me voy cansando con la vigilia continua que significa estar vivo,
los brillos y las luces esconden flechas cargadas de veneno,
disparadas por un mundo
que se defiende con todo, de las condiciones humanas,
siempre en pugna por la supremacía y el reconocimiento.
Friday, December 19, 2008
HOY
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment